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ASMR: La sensación de placer a través de los sonidos.

    En los últimos tiempos las redes sociales y plataformas como YouTube se han convertido en un hervidero de una nueva serie de vídeos consistentes en personas emitiendo sonidos delante de un micrófono, el ASMR. Cuando se habla de sonidos nos referimos a toda clase de sonidos, desde bucales, golpeteos o de rascado de diferentes materiales u objetos hasta incluso role playing (interpretaciones) de diferentes situaciones, como una charla con tu pareja, una visita al médico o simplemente una conversación en un tono de voz de susurro en el que se transmiten mensajes positivos para la persona que los visione.

    Estas siglas corresponder a una sensación placentera de cosquilleo al escuchar una serie determinada de sonidos. Para cualquiera que no esté familiarizado con este tipo vídeos o que no sepa lo que es el ASMR, el visionado de estos vídeos le podría resultar cuanto menos extravagante. Pero para los consumidores habituales es una forma de evasión, por lo que lo usan como método de relajación, como facilitador del sueño e incluso como forma de superar un bajo estado de ánimo o un proceso depresivo.

    ¿Qué hay de verdad en el ASMR?

    Al ser un movimiento nuevo todavía no hay una cantidad suficiente de estudios científicos que comprueben su eficacia. No obstante, entre los pocos estudios que hay disponibles, se encuentra una investigación del Dr. Nick Davis y Emma Barratt, de la Universidad de Swansea, que efectivamente demuestra que la sensación ASMR, descrita por muchos usuarios como un cosquilleo placentero o una especie de orgasmo cerebral, sí que existe. Sin embargo, no hay evidencias de lo que prometen muchos de los realizadores de vídeos de ASMR. Es decir, no provocan mejoría en procesos depresivos ni se ha observado que tengan un especial efecto de relajación o como instrumento para facilitar el sueño. Si acaso, una mejoría del estado de ánimo puntuales y temporales en aquellas personas receptivas al ASMR tras el visionado de este tipo de vídeos como consecuencia de la experimentación de la sensación placentera.

    Por lo tanto no se ha de considerar al ASMR como una herramienta el tratamiento de depresión o terapéutica, si no más bien como un método de disfrute más para aquellas personas receptivas a experimentar este cosquilleo ante la escucha de sonidos ASMR.

    Hay que decir que no todas las personas presentan la misma sensibilidad ante este tipo de vídeos. Hay personas muy sensibles que experimentan un gran nivel de cosquilleo mientras que por otro lado otras no pueden sentir la sensación de cosquilleo e incluso estos sonidos les pueden resultar poco agradables. También hay que indicar que la sensibilidad a los sonidos y por tanto la sensación de cosquilleo que estos producen aumenta conforme se van visionando y prestando atención a los sonidos de estos vídeos a lo largo del tiempo.

    Para concluir, cabe señalar que es un movimiento al alza en redes sociales y plataformas de Internet, en el que la mayoría tanto de los practicantes como de los creadores de este tipo de vídeos son por lo general jóvenes con una media de edad entre los 20 y los 40 años y que a pesar de que no sirvan para lo que prometen (es decir, como medio para superar depresiones y afrontar ansiedad o de relajación), es una forma de discernimiento más que hay que respetar. Dicho todo esto, se anima a que los lectores experimenten por sí mismos el visionado de estos vídeos y saquen sus propias conclusiones.

    Referencias:

    Barratt EL, Davis NJ. Autonomous Sensory Meridian Response (ASMR): a flow-like mental state. PeerJ. 2015 Mar 26;3:e851. doi: 10.7717/peerj.851. PMID: 25834771; PMCID: PMC4380153.

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